Ajo Granulado

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Antecedentes Históricos

Antecedentes Históricos

Se cree que es oriundo del Asia Central desde donde una de sus variedades endémicas, Allium longicuspic, se propagó hacia el Mar Mediterráneo
Es una de las plantas cultivadas más antiguas y valiosas.Es posible que llegara al sur de Europa procedente del Este.Los antiguos egipcios lo usaban como alimento y medicina, lo apreciaban tanto que parecía un dios para ellos.Los primeros vestigios que se conservan de la utilización del ajo para el consumo o como medicina natural se remontan al tercer milenio a.C., en la India y el Antiguo Egipto.Los habitantes ribereños de países del Mediterráneo como Grecia, tomaban ajos desde tiempos muy remotos.El ajo se ha usado por siglos antes de la era cristiana. En el largo viaje de los ismaelitas a la Tierra Prometida de Egipto, desarrollaron un gusto por el ajo como sabemos por el libro de los Números, capítulo once, versículo cinco: «Nos acordamos del pescado que comíamos en Egipto, de los pepinos, los melones, los puerros, las cebollas y los ajos”. Las siguientes generaciones de judíos tuvieron grandes elogios para el ajo. El Talmud lo recomienda encarecidamente porque mata a los parásitos intestinales, multiplica los espermatozoides, nutre y calienta el cuerpo y hace la cara radiante.Durante los siglos de dominio romano en la zona (desde el siglo III a.C. hasta el siglo IV d.C.) el ajo comenzó a formar parte de la dieta cotidiana como condimento en sus cocinas, siendo además una de las primeras culturas agrónomas que lo cultivó para su producción. También era empleado como alimento energético, antiséptico y vigorizante para las tropas de asalto.Las propiedades curativas de los ajos hicieron que durante el imperio bizantino, ya en la Edad Media, se siguiera utilizando en la farmacopea para tratar úlceras, dolor de oídos y neutralizar algunos venenos.Médicos medievales lo recomendaron como desinfectante para numerosas enfermedades. Los antiguos romanos creían que poseía poderes mágicos y marineros del Mediterráneo llevaron dientes de ajo con ellos en el mar, creyendo que evitan naufragios.Durante el siglo VII la benedictina Escuela de Salerno lo incluyó entre los medicamentos más respetados, iniciando así una de las épocas doradas en la utilización de esta hortaliza. Su papel preponderante como alimento de prevención para ciertas enfermedades como la peste llegaría hasta el Renacimiento (siglos XV-XVI).De la mano de los españoles, a finales del siglo XV, el ajo entraría en el continente americano como producto de condimentación, si bien su cultivo no se encuentra extendido. En España, al igual que previamente había pasado en Grecia, el ajo comenzó a consumirse con una doble medida de popularidad: un buen condimento para ensalzar sabores en las comidas y un mal acompañante en el aliento de los caballeros, incluso estando vedado para estos últimos durante parte del siglo XIV. Tres siglos más tarde Miguel de Cervantes reflejaría esta circunstancia en El Quijote aconsejando al escudero Sancho Panza «No comas ajos ni cebollas porque no saquen por el olor tu villanía».Durante los siglos XIX y XX el ajo volvió a contar como alimento de primer orden en Italia, España y Francia. Precisamente en el país galo el poeta y premio Nobel Fréderic Mistral defendería este alimento con versos como «El ailloli concentra en su esencia todo el calor, la fuerza y la alegría del sol de Provenza, pero tiene además otra virtud, ahuyenta las moscas. Quienes no gusten de él, aquellos a quienes nuestro aceite les irrita la garganta, que no venga a mosconear a nuestro alrededor, así quedaremos en familia»

VARIEDADES

No es una hierba en el sentido botánico de la palabra, sino una liliácea, como las cebollas y por tanto, una hortaliza. Sin embargo, debido a su uso en gastronomía y medicina es tratado como tal. Es una planta perenne de hojas largas y un racimo de pequeñas flores blancas en forma de estrella en el vértice de cada tallo. El bulbo es una colección de “dientes” unidos por una membrana exterior. La planta alcanza una altura de unos 30 cm.

Según el tipo de tallo:Ajo de cuello duro: El tallo posee floración y genera hijuelos.Ajo de cuello blando: Debido a que no produce hijuelos, tienen mejor rendimiento, ya que sólo utilizan la energía para la producción del bulbo. También resisten períodos de almacenamiento más prolongados en comparación con el ajo de cuello duro.Según la coloración:Ajo blanco: Aptos para el consumo en seco.Ajo rosado o morado: Generalmente son más tempranos en su maduración que los blancos.Ajo serpiente o Rocambole: crece en forma silvestre en el sur de Europa. Los tallos se convierten en espirales y giros a medida que maduran, y las flores de color malva dan paso a bulbillos de color púrpura. Todas las partes de la planta se pueden utilizar: a principios de año las hojas nuevas, delgadas y puntiagudas como las cebolletas, y en verano los bulbillos tamaño de un guisante y bulbos como un sustituto más suave de ajo.

Conservación

Conservación

Lo fundamental para la conservación del ajo es mantenerlo en un lugar seco. Para el consumo familiar se sugiere adquirirlo en pequeñas cantidades y usarlo periódicamente.

Aroma y Sabor

Aroma y Sabor

Una característica particular del bulbo es el fuerte olor que emana al ser cortado. Esto se debe a dos sustancias altamente volátiles, la aliina y el disulfuro de alilo.

De acuerdo a la variedad de ajo las notas varían en una amplia gama desde picantes, dulces, terrosos, metálicos, frutales, florales.

Composición Porcentual

Composición Porcentual

Agua

6,5 g

Magnesio

58 mg

Energía

332 kcal

Fosforo

417 mg

Proteína

16,8 g

Potasio

1101 mg

Grasa

0,8 g

Sodio

26 mg

Carbohidratos totales

72,2 g

Zinc

3 mg

Fibra

1,9 g

Hierro

3 mg

Cenizas

3,3 g

Otras vitaminas

insignificante

Calcio

80 mg

Cómo Cocinarlo/a

Cómo Cocinarlo/a

La principal utilidad del ajo es resaltar el sabor de los platos umami y aporta un fantástico sabor primario sobre un fondo dulce y poco sabroso, como el pan o la pasta y en el caso del rissoto de ajo tostado, el arroz.

Excepto cuando se cuece es fuerte, por lo que hay que usarlo con discreción en la cocina.
Se emplea picado en ensaladas, triturado, en polvo, en hojuelas, en sales, en platos de carne, pescado, en sopas, estofados y platos de verdura.

El principal pilar de la cocina italiana, y también de la francesa, es una combinación de ajo y perejil, con el que guarda una gran afinidad.
Casi desde que comienza la historia, el ajo ha sido utilizado para dar sabor a platos indios, orientales, mediterráneos (Europa y África).
Si se usa con moderación, el ajo se puede utilizar para realzar el sabor de la mayoría de las carnes, ensaladas, aderezos (salsas) y cualquier verdura que sea compatible con la cebolla.
Se utiliza habitualmente con carne, aves y mariscos, platos de tomate, sopas, salsas, aperitivos: español, mexicano y panes italianos. Los camarones scampi no existirían sin un toque de ajo. Un clavo o bulbillo de ajo fresco es equivalente a 2 mg de polvo de ajo. El ajo deshidratado se utiliza extensivamente en condimentos y sazonadores de carne. Al igual que la mayoría de las otras especias, debe ser usado con precaución debido a su intenso olor. Se utiliza en muchos alimentos enlatados, deshidratados y congelados preparados, caldos, salsas, sopas, mezclas de salsas, y algunos productos horneados.

Consejos y Trucos LT

Consejos y Trucos LT

Añadir una pequeña cantidad de ajo a la carne, el pescado, las verduras es como repasar con línea gruesa los contornos de su sabor: todo gana una definición más nítida.

La combinación del ajo con algo de albahaca en los tomates o salsa de tomate es casi milagroso. Ambos tiran del sabor del tomate en direcciones opuestas. En un extremo el ajo recoge el sabor fuerte a dimetil-sulfuro del tomate, en el otro la albahaca repone los sabores verdes y ligeramente herbosos, aligerando y refrescando la salsa.

La combinación del ajo y la almendra es la clásica versión de la sopa fría española llamada ¨ajoblanco¨

Los chef indios preparan una pasta de ajo y jengibre para marinar carnes o como parte de una salsa. Se procesa en batidora cantidades iguales de ajo y jengibre hasta obtener una pasta, se añade una cucharada de agua cada 100g de mezcla.
El jengibre es fresco, tiene la habilidad de hacer salir la dulzura de la carne, el pescado y la verdura. El ajo en cambio, es rudo, áspero y deja una firme impresión sulfurosa.

Los sabores impetuosos del ajo y el romero forman una combinación ideal para barbacoas de cordero, cerdo o conejo, en papas asadas o para preparar pan de ajo
Caliente ajo triturado (previamente hidratado) en aceite de oliva y agregue romero, y mézclelo con espaguetis cocidos y abundante parmesano rallado.

Una combinación más suave que la anterior es la del ajo con tomillo, que hace maravillas en cualquier ingrediente que sea umami: verduras, cordero, pollo, aceitunas.

Usos Medicinales

Usos Medicinales

En medicina ayuda a la digestión, reduce la hipertensión, expulsa los catarros y actúa como antiséptico.
En la Primera Guerra Mundial se usó musgo impregnado con jugo de ajo para vendajes.
En la actualidad, el ajo es una medicina naturista y tiene una amplia utilización farmacológica.
Es eficaz como antibiótico, combatiendo numerosos hongos, bacterias y virus (se ha usado en al menos un paciente con SIDA para tratar una toxoplasmosis, una enfermedad protozoaria, en el control de enfermedades cardíacas, ya que reduce el bloqueo de las arterias); reduce la presión arterial y el colesterol; incrementa el nivel de insulina en el cuerpo; controla los daños causados por la arterioesclerosis, y el reumatismo. También se relaciona con la prevención de ciertos tipos de cáncer, ciertas complicaciones de la diabetes mellitus, en la reversión del estrés y la depresión.
De acuerdo a los efectos medicinales buscados, varía la forma en que deben ser ingeridos, ya que el ajo posee diferentes propiedades crudo o cocido. Cuando el ajo crudo es cortado o machacado, se produce la combinación de la aliina con la alinasa, lo que produce una sustancia denominada alicina. Ésta tiene varios efectos benéficos, en cambio si el ajo es cocinado, este compuesto se destruye. En el proceso de cocción se liberan compuestos diferentes, como la adenosina y el ajoeno, que poseen cualidades anticoagulantes y, se supone, reducen el nivel de colesterol.
La virtud antihipertensiva y por ende favorable a la actividad cardíaca, que disminuye los riesgos de ACV o ictus cerebral está perfectamente demostrada: la alicina tiene como principal compuesto el sulfuro de hidrógeno el cual facilita la distensión de las membranas celulares vasculares disminuyendo de este modo la presión sanguínea y favoreciendo la circulación y el transporte de oxígeno mediante la hemoglobina de los glóbulos rojos a los órganos y, por consecuencia, implicando una menor fatiga (estrés) para el corazón; lo que ha sido puesto en dudas es la capacidad del ajo para reducir el LDL colesterol (lipoproteína de baja densidad o «colesterol malo») en la sangre y la formación de ateromas; aunque sí posee una acción sobre las plaquetas, por lo que se desaconseja el consumo de suplementos de ajo si no es bajo responsabilidad médica ya que los suplementos artificiales de ajos o su ingesta excesiva puede afectar la correcta actividad de la coagulación e hiperlipidemia.
También se usa el ajo en vía tópica para combatir las verrugas, además de ser también un eficaz vermífugo por vía oral (perlas de ajo). Hay una larga tradición de uso en la medicina herbaria, que ha utilizado el ajo para la ronquera y la tos. Los indios Cherokee lo usan como expectorante para la tos y para los cabellos.

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